La firma de tratados internacionales obliga sin duda a asumir el mandato de la Inclusión en las Escuelas de Iberoamérica . Por lo tanto, la formación docente es requisito previo para una verdadera inclusión en los centros educativos . Muchos de nuestros docentes afirman no estar capacitados para enfrentar este nuevo paradigma que esta instalado hace 20 años en países desarrollados ,manifiestan su falta de estrategias y competencias para elaborar y ejecutar diseños de aprendizaje para que todos los alumnos tengan acceso y desarrollen sus habilidades de acuerdo a su potencial.
La educación de calidad es el bien más preciado para salir del subdesarrollo y combatir la pobreza.Sin embargo ,observamos que las políticas públicas , los diseños de curriculum nacional y las incesantes reformas gubernamentales que no mejoran el proceso de enseñanza aprendizaje y carecen de efectividad ,no están enfocadas a mejorar la práctica y focalizar las barreras para producir un alto impacto de mejora. Las medidas remediales seran efectivas al ingresar al aula ,acompañar a los docentes en su desempeño con equipos multidisciplinarios que otorguen el conocimiento de sus propias disciplinas,capacitar con alto nivel formativo a los docentes en ejercicio , asesorar la gestión educativa y establecer un alto nivel de desempeño para Directivos que manejan instituciones educativas entre otras iniciativas, los esfuerzos se hacen insuficiente y muy precarios cuando se accede a cursos de bajo nivel que no sirven para fortalecer la formación de un profesional de educación, talleres ,mentorias,asesorías etc que no tienen alto impacto, si no hay un real seguimiento a la práctica docente en el aula.
Por consiguiente ,esta formación sólida y capacitación profesional en inclusión debe provenir de centros especializados en pedagogía y concretar que las mallas curriculares de la formación docente deben cambiar para enfrentar los nuevos desafíos.
Respuestas
En Colombia un acontecimiento viene perneando el sistema educativo para el cual tampoco se está preparado. Una escuela para el pos conflicto es una tarea urgente para el sistema educativo Colombiano. Familias desplazadas que ya sobrepasan las 6 millones, familias afectadas por la violencia de la guerrilla y los paramilitares, hacen necesario revisar los roles de los educadores, de los administradores de la educación y la propuesta curricular. Esto implica desde mi punto de vista de profesional de la educación en Colombia, la necesidad de reflexionar y analizar, en una población que requiere procesos de inclusión con estrategias y modelos pedagógicos muy diferentes a los tradicionales.