Hola desde mi poca experiencia como docente me he dado cuenta que la evaluación debe ser integral teniendo en cuenta los diferentes ritmos de aprendizaje y el contexto, por eso poco comparto la evaluación holística, se necesita una buena infraestructura y estar dotado de herramientas y materiales didácticos, personalmente estoy en un contexto donde son pocas las posibilidades de tener un proceso de aprendizaje optimo y donde se puedan atender las diferente necesidades de aprendizaje.
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Respuestas
Creo, sin la menor intención de herir a nadie, que la evaluación integral es, en la práctica, una falacia.
Figura en todos los diseños curriculares y en los proyectos de aula, en general, pero en el ejercicio profesional se evalúa la repetición de contenidos, de procesos de resolución de ejercicios y "problemas" y, en el mejor de los casos, la comprensión de un tema. No sé si es así en todos nuestros países, yo me sitúo en Argentina.
A mi modo de entender, la evaluación integral conlleva la evaluación de todas las dimensiones de la persona y de las capacidades básicas y complejas, según su nivel de desarrollo esperable o deseable para un rango de edad y educativo, situado en el contexto socio-cultural del evaluado. Creo no equivocarme si digo que para ello no necesitamos muchos recursos sino formación docente, dedicación y la voluntad de convertir a la evaluación en un componente clave del el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Me atrevo también a decir que deberíamos dar participación a los evaluados, democratizar la evaluación para hacer de su análisis una instancia de aprendizaje compartido. ¿No les ha ocurrido que cuando revisamos un trabajo con su autor comprendemos mejor el pensamiento del alumno y los motivos de sus errores? De hecho no me refiero a la falta de estudio para repetir información sino a aquellas evaluaciones en las que se les solicitó, por ejemplo, exponer ideas y fundamentarlas o analizar críticamente un texto o cuando se lo pone en situación de resolver situaciones éticas, u otros. A mi me ha pasado que, ante la explicación de un estudiante sobre su trabajo, he podido captar el trasfondo cultural que influyó o sus experiencias de vida. Creo que así aprendí algo y sobre todo conocí un poco más las dificultades que el adolescente afrontaba y pude pensar, o repensar, mi práctica.