Hola estimado Bladimir. Sin duda los elementos y factores a considerar al respecto de este punto conflicto que señalas son variados y la discusión que se ha llevado a cabo da cuenta en buena parte de ello. Lo que comentas me llevó a recordar mi propia situación en el campo laboral. En cuanto enfrenté la asignatura de metodología de la investigación me encontré enfrentado a varias limitantes. Primero que la única experiencia en investigación que tenía era lo realizado en licenciatura con fines de titulación. Ya tenía algunos años de experiencia cuando estuve al frente a la asignatura, pero ese "saber sabio" de estar inmerso en el campo de la investigación (que incluye no sólo el investigar sino además la redacción, la difusión de los resultados, la participación en grupos de trabajo y la búsqueda de financiamiento) eran del todo desconocidos para mí. Además otros factores como los que ya han señalados varios compañeros respecto al tiempo y los fines y objetivos que se señalan en el currículo.
Recodé además a varios de mis profesores de universidad que siendo excelentes investigadores eran muy poco competentes para traducir sus saber y experiencias en términos de un "saber enseñado". Comprendí en ese momento, como lo hago ahora, que integrar o conectar adecuadamente estos dos saberes, es un labor de conciencia de los propios procesos y de reconocimiento de las fortalezas y debilidades con que se cuentan.
También me llevó a recordar un artículo que hablaba (de esta situación) a nivel superior, donde parecía haber una contraposición entre el saber sabio, el saber erudito del experto en un área, y el saber enseñado, procurado por quienes conocen de aspectos didáctico-pedagógicos. Desde su postura las autoras sugerían en abordaje y reflexión desde aportes de Chevallart y Klafki como una manera de integrar los contenidos del saber y los métodos de enseñanza en las prácticas docentes del profesor (en su caso universitario, y que aplica también para el bachillerato, con sus respectivas adecuaciones y limitantes).
Sin duda el reto es grande, y un punto de partida puede ser el reconocernos con nuestras limitantes, procurar evitar una práctica docente meramente informativa, y buscar estrategias y recursos que nos acerquen a experiencia sobre la enseñanza de la investigación en varios tipos y niveles educativos, del país o extranjeros.
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