Aunque parezca trivial, cuando alguien se refiere al pensamiento investigativo está asociando el pensamiento -como tarea intelectual- al quehacer que supone la actividad de investigación. Esto es, se vincula directamente al pensar con las tareas propias de la indagación, aunque no por ello con las tareas científicas. Se soslaya así el hecho de que ciencia e investigación son dos cosas distintas. De alguna manera esta forma de adjetivar al pensamiento lo trivializa, lo vuelve un acto común de reflexión ordinaria, despojándolo de todo vestigio de complejidad -que no de dificultad-, conditio sine qua non del pensamiento científico. Ante ello vale la pena llamar a la vigilancia epistemológica, la cual no debe ser abandonada en aras de una practicidad en la que parece caerse cuando se quiere mostrar que el investigar tiene que ver más con el dominio metodológico que con el pensamiento profundo.
Saludos
Respuestas