Un saludo cordial a todos y todas las participantes. Desde la Fundación Convivencia nos complace participar desde nuestra experiencia y reflexiones en este foro, para lo que ofrecemos los siguientes apuntes, que esperamos aviven el debate y redunden en la comprensión de estas problemáticas que empiezan a exponerse como situaciones exclusivamente de la escuela.
Antes de entrar en materia, quisiéramos hacer algunas aclaraciones. No negamos que el Bullying, ciberbullying, matoneo y otras formas nuevas (y extranjeras) de nominar estos fenómenos no existan, ni que no existan niños y niñas en las instituciones educativas que padecen este tipo de situaciones. Sólo queremos poner el acento en estas nociones como objetos que ahora son visibles, y por qué ahora sí lo son.
En primera instancia, aún no está claro en qué momento se adoptó la noción de “violencia escolar” como término técnico a una práctica que, aparentemente, es exclusiva de la escuela. En internet circulan varias páginas y documentos que establecen su emergencia aproximadamente en los años setenta para el estudio de ciertos casos en Europa, pero lo que no está claro, es en qué momento esta noción adquirió la fuerza con la que la hallamos hoy en día, hasta el punto que el Estado Colombiano haya reglamentado una Ley de Convivencia, que en el fondo, se refiere más a la violencia que a la “convivencia”.
Las nociones bullying, ciber-bylling, matoneo o “violencia escolar” son términos bastante recientes, producto de la visibilidad que los medios de comunicación han puesto sobre ciertos sucesos violentos ocurridos en escuelas de Estados Unidos, Europa y América Latina. No obstante, los problemas de convivencia traducidos en acoso y violencia, han estado presentes en la vida cotidiana de las escuelas desde mucho antes.
De hecho, la “violencia escolar”, no necesariamente debe asumirse como un fenómeno singular de una problemática que se manifiesta al interior de las escuelas; más bien debemos pensarla como fenómeno que tiene relaciones con problemáticas sociales mucho más amplias y profundas, que terminan afectando los ambientes escolares.
Respuestas